A Mulher de Oslo
Inspirada en un cuento de Eduardo Galeano, Vanessa Longoni creó el show La mujer de Oslo, apropiándose de varias lenguas y acentos musicales diversos. Partiendo de uno de los extremos del sur en donde Brasil se fusiona con la patria de la pampa y es a la vez argentino y uruguayo, el show presenta una mezcla de sonidos: moros de Portugal, tangos de los Balcanes y rescata canciones pop sagradas.
Para llegar al resultado final los músicos recrean sonidos de sitares indios, sonidos de viola caipira, sonidos de instrumentos tan universales en las regiones como el acordeón, así como sonidos de canciones casi perdidas mezcladas con otras recién descubiertas.
Sonidos del mundo venidos de lejos, ruidos del patio de la casa. Sonidos de esa mujer que cuenta historias que son de aquí, de allí, de cualquier lugar. El repertorio está compuesto por canciones de Arthur de Faria, Nico Nicolaiewsky, Cláudio Levitan, Elomar Figueira de Mello, Pedro Ayres Magalhães, Rossana Taddei, Omar Giammarco, Gorán Bregovic, André Abujamra , Dulce Pontes, Alanis Morissette, Leo Maslíah y canciones folclóricas brasileñas.
Vanessa del mundo
"Fue de una pequeña fábula del Libro de los abrazos, del escritor uruguayo Eduardo Galeano, sobre una mujer que contaba historias, de la que Vanessa Longoni tomo la inspiración para planear su primer show en solitario. Encomendó la tarea del repertorio a Arthur de Faria y él llegó con una lista de unos 400 títulos. De éstas salieron 14, que se emplearon en el show y que ahora están en el disco La mujer de Oslo, con lanzamiento el miércoles del Teatro CIEE. Desde el estreno en 2006, el show sigue multiplicando plateas y premios.
Como CD no será diferente, pues es uno de los más nuevos y robustos producidos este año en el país. Sin embargo, tal vez sea el mejor disco que la cantante haya hecho en el estado de Rio Grande do Sul. En él todo se complementa, desde el más posiblemente universal (y único) repertorio hasta los arreglos y la interpretación de los músicos y la impresionante actuación de Vanessa, que canta mucho, identificada con todo, viviendo una verdad artística como pocas veces se ve. De entrada, en las primeras notas, el oyente es transportado de la realidad al territorio de los sueños – o viceversa. Y de ahí sale lleno de energía.
De El pedido, romance agreste del bahiano Elomar Figueira, Un pequeno desvío en la conducta de los reyes magos, del uruguayo Léo Masliah, pasando por el tango Ausencia, del serbio Goran Bregovic (letra Original em portugués de cabo verde), pasando por la vibración casi límite de la danza klezmer de Reunidos por una noche, de Cláudio Levitan y Nico Nicolaiewsky, y por la carnavalesca murga Llegó febrero, del argentino Omar Giammarco, el CD presenta sólidos argumentos para afirmar que el mundo es uno solo y que podríamos ser felices en él. Dentro de otros temas están El ladrón, de Pedro Ayres Magalhães (del grupo, Madredeus, cantada en acento original), la conmovedora chacarera Pies de Anahí, de la uruguaya Rossana Tadei, las vidas y amores cruzados de Espina en el rosal, de André Abujamra, y otras tan buenas que es imposible mencionar todas las 14. El disco comienza desde lo alto y sube hasta respirar en la octava pieza, Procesión (folclor maranhense), sólo Vanessa y el gran piano del uruguayo Hugo Fattoruso. Después vuelve a subir de ahí y permanece hasta el fin. Brillantes, Arthur de Faria (piano, acordeón, también el productor), Angelo Primon (guitarra, viola, sitar), Clóvis Boca Freire (contrabajo) y Diego Silveira (percursión) participan en todas las piezas menos en la que se acaba de nombrar, y están en el show. Las participaciones especiales son la cereza del pastel, entre ellas Siba (rabeca), Cláudio Levitan (mandolina), Julio Rizzo (trombón), Adolfo Almeida Jr. (fagot), Hique Gómez (violín), los argentinos Martín Sued (bandaneon) y Pablo Jivotovschii (violín), de la Orquestra Fernandes Fierro", Juarez Fonseca.